Cómo casarse con una princesa by Christine Rimmer

Cómo casarse con una princesa by Christine Rimmer

autor:Christine Rimmer
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
publicado: 2013-09-30T22:00:00+00:00


Capítulo 7

Noah apenas se atrevía a creérselo. Iba a pasar toda la noche con Alice entre sus brazos.

Pero todavía llevaban demasiada ropa puesta, de modo que tendría que trabajar en ello. Y rápido.

Así lo hizo. La agarró por la cintura, la bajó lentamente hasta la alfombra que había al lado de la cama y gimió ante la maravillosa fricción de su cuerpo deslizándose contra el suyo hasta que Alice posó los pies en la alfombra.

Alice alzó la mirada hacia él con los ojos ardientes y los labios entreabiertos.

—Noah…

Noah la agarró con fuerza por la cintura, como si no estuviera dispuesto a dejarle marchar.

—No, no te muevas.

—No voy a ir a ninguna parte.

—Estupendo.

La soltó y comenzó a desprenderse de su ropa. En primer lugar, el polo. Se inclinó hacia delante y se lo quitó de un tirón.

Alice permanecía donde estaba. Parecía un ángel con la bata de seda, el pelo cayendo sobre sus hombros y los ojos cargados de promesas.

Noah se bajó la cremallera del pantalón y había empezado a quitárselos cuando se dio cuenta de que había cometido un error. Soltó un juramento y Alice se echó a reír.

—¡Vamos, Noah! No puede ser tan terrible.

Noah se agachó y se subió de nuevo los pantalones.

—Tengo que ir a buscar preservativos —confesó con un gemido—. Te prometo que no tardaré ni un minuto.

Alice alargó la mano, abrió el cajón de la mesilla y sacó una caja de preservativos.

—¿Éstos te valdrán?

—¿Los has traído desde Montedoro? —Aquella mujer era asombrosa.

Alice alzó la barbilla con un gesto adorable.

—Creo que hay que estar preparada y ser siempre responsable. En mi familia hemos tenido más de un embarazo inesperado. Siempre han terminado bien, con matrimonios felices y niños deseados, pero, aun así, prefiero no arriesgarme Noah se sintió entonces mucho mejor con todo lo que estaba pasando.

—Entonces, pensabas acostarte conmigo. Me alegro de saberlo.

—Lo que pensaba era que quería disfrutar de sexo seguro en el caso de que me acostara contigo.

Noah deseaba abrazarla y besarla hasta dejarla sin sentido, pero tenía la sensación de que en aquel momento le convenía fingir un poco de humildad.

—Sí, señora.

Alice sacudió la caja de preservativos.

—Y no es que tuviera intención de utilizarlos tan pronto.

—No, por supuesto que no.

Aparecieron de nuevo los hoyuelos en las mejillas de Alice. Noah supo entonces que todo saldría bien, que Alice le dejaría quedarse con ella.

Alice abrió la caja, sacó un preservativo y lo dejó en la mesilla de noche. Después, guardó la caja en el cajón y lo cerró.

—Por favor. Procedamos.

Y así lo hizo. Noah se desnudó a toda velocidad. Para cuando se quitó el segundo calcetín y se quedó frente a ella completamente desnudo, Alice ya era todo suavidad y dulzura.

—¡Oh, Noah! —Dio un paso hacia él y posó la mano en su pecho.

Noah se inclinó para apoderarse de sus labios. El sabor de aquella mujer era increíble. Alice era mucho más de lo que había imaginado cuando había comenzado a buscar a su princesa. Muchísimo más. Y eso le encantaba.

Le enmarcó el rostro



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